14/02/2014
Te proponemos un juego divertido, fácil, dinámico y con el que seguro has pasado muy buenos momentos en tu niñez. El escondite, ¿te acuerdas?. La versión de este popular juego que te sugerimos hoy es perfecta para ti si eres amante de la decoración, ingenioso y te gustan las manualidades.
1, 2, 3, 4, 5, 6... y así hasta 100 posibilidades distintas para esconder lo que no te gusta, aprovechar más los espacios pequeños y sacar el máximo partido a tu creatividad y a tu hogar. Hablamos del arte de esconder los elementos que son indispensables en toda vivienda pero que acaban estropeando la maravillosa estética de nuestro salón, nuestra habitación, nuestro baño....
¿Un verano en Talavera sin aire acondicionado? Impensable, ¿verdad?. El aparato bonito no es, desde luego, así que integrarlo en nuestro decoración puede ser una opción fantástica. Es decir, disimular, que se llama. Las unidades exteriores tienen fácil solución. La pintura, la tela, la celosía o incluso jugar con los elementos del jardín son opciones para conseguir camuflar estos “monstruitos” tan vitales para combatir los sofocos del verano.
El interior no se libra de estos toques “antidecorativos”. Para estos casos puedes jugar con telas que parezcan realmente planificadas, mobiliario o pintura que te permitan, eso sí, utilizar siempre tu aparato sin reducir la calidad de su servicio.
¿Qué te parecería diseñar un fantástico dibujo en tu pared con los cables de tu escritorio?. Divertido y original ¿no crees?.
Te dejamos una web que puede ayudarte a perfilar tu idea, sigue pensando en la tuya: http://www.ehowenespanol.com/.
“El arte de esconder” puede sernos también de gran ayuda si nuestro objetivo es aprovechar más los espacios. ¿Algún ejemplo?. Una bañera convertida en toallero o asiento. ¿Cómo? Una sencilla cubierta diseñada con las medidas adecuadas y que se ajuste al diseño de tu baño, serán suficientes para ganar en amplitud y comodidad. Seguimos en el servicio: es una muy buena opción plantearse utilizar un mismo elemento para dos cosas distintas. Un ejemplo perfecto sería una mampara-espejo.
Anímate a crear tu propio espacio lleno de escondites. Tus invitados serán los que te “pillen” si hay algo que falla.
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